viernes, 16 de noviembre de 2012

Depresión


Son las 3 de la tarde, y ella sigue en su cama, con la polera larga que llega hasta sus rodillas, la polera que olvidó devolver.

Mira al techo, se pregunta si sería bueno colocar un espejo para que cuando despierte observe su humanidad, o la de él si quisiera ir a su cama algún día.

"Que tontería.. es imposible que él se quede en mi cama, no me gustaría que me toque ahi.. ¿Porqué? es la misma desde que tiene uso de razón, de sus sueños de infancia, un espacio tan personal, el único sitio realmente suyo, donde podía esconder y llorar todos sus secretos, no lo iba a compartir con nadie... nisiquiera con él... así que descartado.

Lo del espejo sería entonces algo imposible...

"Quizás si me levanto de esta cama..." dijo pensándolo durante bastante tiempo. Dio mil vueltas, pasaron horas, finalmente se levantó, se amarró el pelo, se puso cualquier cosa que encontró y enfrentó a aquella calle céntrica a la que solía ir cuando era feliz. Todos parecían tan grises como ella, todo es tan gris en invierno, todo es tan gris en Lima...

Se sentó en uno de los parques y unos muchachos le ofrecieron un porro.. se negó.. "no quiero estar contenta, ni sentirme risueña...al menos no hoy" ignoró a los muchachos y siguió su camino, se dirigía hacia el malecón.. se preguntaba como sería saltar, "¿dolerá mucho que tu cabeza choque en seco contra el cemento?... ojala no lo sienta", pensó.

Un calor recorrió su cuerpo cuando recordó el cuarto de su chico, los carritos coleccionables, el avión suspendido, las escaleritas, las alfombras, las almohadas, el olor, las  fotos de ella en aquel panel, las risas, los juegos, las caricias, los besos, el amor...

Recordó sus dedos recorriendo su espalda, sus manos apretando su cadera, sus besos en el hombro, su mirada de deseo y amor... entonces tomó un taxi, llegó a una casa.. tocó la puerta...

él: por fin llegaste mi reina. ¿Por qué te demoraste tanto?
ella: No lo sé

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