domingo, 26 de octubre de 2014

Cúbrete esta

Si te dejas escote, eres una bandida, si te pones mini, buscas llamar la atención, si sales embarazada, serás despedida y si no haces nada de estas cosas no eres una verdadera mujer.

Contradicciones por todos lados. Las mujeres se quejan que los hombres que valen la pena no están disponibles o esperan tener una edad considerable para casarse con una mucho más joven. 

Quejas por doquier. Pero todas estas injusticias hacia las mujeres nacen de las mismas mujeres, que celebran el machismo confundiendo lo con caballerosidad. 

Hace unos días, un amigo, que es un tremendo partido, buscaba intensamente novia, y no buscaba una chibola, buscaba una mujer de su edad, una treintañera, que pudiera compartir con el algo más que carne. A mi me encanta ser la celestina, así que emprendi la búsqueda, haciendo algoritmos a lo tinder.

En realidad casi nunca acierto, los prospectos no encajaban con sus ideas, así que pusimos las cosas en pausa. Fue cuando converso con esta mujer, una chica igual que yo, que decidido darle el mejor consejo que pudo:" no busques novia ahorita, cuando tengas 36 serás mucho más partido que ahora, y podrás casarte con una chibola de 22, una de esas modelitos que podrás luego presumir".

¡Que cosa! Entre nosotras nos saboteamos, luego no se quejen cuando el marido las deje por una modelito de 22. 

miércoles, 23 de julio de 2014

La pareja conflictiva

Hace un tiempo escucho a mis amigas decir que los hombres buenos ya no existen, que esos amores de novela, de amar así con todas las fuerzas sólo lo vemos en nuestros padres o abuelos. Revisando algunos pensamientos que tenía anotados descubrí estas frases incoherentes, que solemos decir para volver nuestros romances un dolor de cabeza. Quizás después de leer esto, entendamos que todo depende de la actitud que le pongamos a la relación.

Ahi les va:

- ¿Todos los hombres son iguales, o siempre buscamos a uno parecido?.

- ¿Te Amo o te necesito?.


- Quisiera que fueras como yo deseo. Pero yo digo que si me amas, deberías dejarme ser yo.


- Si me busca a pesar de que lo boté, me ama. Pero si lo botaste ¿Por qué esperas que vuelva?


- Sólo desea mi cuerpo para satisfacerse. Mientras que yo lo busco para satisfacer mi soledad.


- No esta de acuerdo con lo que pienso. Y yo no sé ni lo que realmente está en mi cabeza.


- Haz cambiado, quiero estar con el que fuiste. Cuando debería querer estar con el que serás.


- La distancia nos separa. Pues únete y búscalo.



viernes, 30 de mayo de 2014

No tienes idea

¿Será esta la solución?
Sobre el acoso sexual en los medios de transporte público.

A los 15 años le pedí a mi padre que me permita ir al colegio en combi. Grave error. Lo cierto es que él tuvo que ceder, todas mis amigas se iban solas a sus casas, y yo no quería ser la "lorna".

A los 15 años, aprendí que todo con respecto a usar una combi estaba mal, y que viajar tranquila era imposible, tenía que aprender a defenderme con uñas y dientes. No sólo defender mis cosas, si no también mi cuerpo.

Un personaje clásico de estos medios de transporte, es el denominado "mañoso de la maleta", que se sienta al lado tuyo con un maletín para tapar sus manos, que luego posa sobre tus piernas, que obviamente van descubiertas porque estas en uniforme de colegio. El pervertido en cuestión aprovecha la mayor parte del tiempo en ver hasta donde puede ir. Algunas niñas suelen quedarse calladas porque no saben que hacer.

Esta clase de pervertido, se sentó 3 veces a mi lado, personificado en distintos hombres y me encontró en distintas edades. La primera vez tenía 15 años y no dije nada, las otras veces se ganó un codazo en la cara y una lisura fuerte para que todos sepan lo que estaba haciendo.

Otro personaje es el "rozador" este hombre se para al costado tuyo mientras estás sentada y soba sus partes intimas contigo. Obviamente uno reacciona rápido cambiándose de sitio, o colocando su mochila en el hombro para que deje de hacer sus cochinadas.

El "borracho que te ama" también es recurrente, suben hombres pasados de copas, se sientan al lado de una jovencita sola, le dice incoherencias, cosas que quisiera hacerle en la cama, y se acerca bastante a la señorita en cuestión para que quede claro que sus intenciones son serias.

Y por último el onanista, cuya descripción esta demás hacer. Agregar a la lista, los bolsiqueadores, los rateros que te echan una especie de vomito en la espalda para poder robar tus cosas, los cobradores que te "botan" con el carro en pleno movimiento y etc.

¿Que nos queda a las mujeres? ¿Aprender un deporte de contacto, gritar, pedir ayuda? Cuando sabemos que la respuesta será la misma, ninguna, cero, nada.

La indolencia de los demás, de nosotras mismas, de los hombres, que muchas veces minimizan nuestros llantos, nuestras histerias, y nos preguntan ¿Por qué no quieren que las silben?. No tienen idea.


jueves, 3 de abril de 2014

Quiero caer

Ese sentimiento de vértigo,  las cosquillas, que no te dejan estar de pie. Quiero volver a caer de cara contra el piso y que la expresión de mi rostro no sea de dolor si no de felicidad extrema, estar rendida de amor, de ilusión, de sueños. Difícil tarea, mas aún si cuando caíste la primera vez lo hiciste por la persona incorrecta. 

Cuando una relación de amor se termina, otra de odio nace, entonces aquella persona que amaste pasa a ser "la inombrable"  esa fui yo para ti durante mucho tiempo, por eso, ahora no podremos ser amigos, sino enemigos que se quieren, que rara vez se recuerdan y se contactan.

Algo extraño paso hace unos días, llegue a mi panadería favorita buscando mi torta de milhojas, cuando vi a la mujer que me precedió, la que te daba tranquilidad y paz. Estaba igual de linda, parecía suspendida en el tiempo, la boca semi abierta, observando a la nada, sus cabellos rubios bien peinados brillaban sobre sus hombros y sus ojos evocaban tristeza. 

Aproveche los 30 segundos de ventaja que me había dado el destino para observarla y rápidamente pose mi mirada sobre la milhoja, y entonces ella me notó. Senti sus ojos recorriendome de pies a cabeza con fuego con ira, con rencor, y la indecisión de enfrentarme. No soporte más, no compraría nada, emprendí la retirada cuando una loca me embistió.

Esta mujer gigantesca, de pelo negro grueso, cejas marcadas, ojos desbocados, me cogió de los hombros con fuerza y me dijo "Esa combinación de ropa, simplemente, ¡no va!" mientras se exaltaba y gritaba con más fuerza, "marrón con negro, no, no, no"

La mujer me cogió del brazo y me sacó con cariño de la panaderia, luego me dijo, "Usa este brazalete, es de acero, hará que te reboten las malas energías, te han mirado con odio tremendo, pásate un huevito para el susto" 

Regresé corriendo a mi casa. No usé el brazalete y hoy estoy enferma... Así que de alguna forma por el momento, caí. 

domingo, 19 de enero de 2014

El chico que le regaló su vida al destino

Tenía 19 años cuando la conoció en una fiesta infantil. Entre la gente que llego a su casa a celebrar el cumpleaños de su hermano menor pudo distinguir a una fierecilla de carita tierna un tanto rechonchita que había llegado a recoger a uno de los niños, ella tenía 15 años.

Se acercó a hablarle y rápidamente comenzó a frecuentarla, ella le confesó que nunca había besado, que no tenía enamorado y que estaba loca por entrar a la universidad y volverse independiente de sus padres. Luego de mil días de charlas inacabables, el decidió caerle a la niña de su vida.

"No lo siento, no estoy enamorada de ti, no te quiero como novio, aunque me gustan tus ojos azules, lo siento" la frase lo sacudió por dentro y sólo atino a responder "¿Al menos puedo darte un beso?" Y ella asintió avergonzada.

Aquel beso quedo en su memoria y lo recordó por el resto de su vida. Sin embargo no insistió más con ella, la dejo crecer, y estuvo observándola a lo lejos, y vio como se fue convirtiendo en mujer y en los hombres a los que les decía que si. Y siempre estuvo ahí para escucharla llorar cuando le entraban sus ataques catatonicos.

Y así paso la vida, hasta que por fin decidió que debía confesarle la verdad, que ella era para el, que debían casarse que no la había olvidado y que se hizo mejor por ella. 

Sorprendida, ella solo echo a reír.