viernes, 8 de abril de 2016

Nueva York

En plena madrugada las luces de la ciudad de Nueva York continuaban porsupuesto encendidas. Dos amantes se encontraban con las cortinas abiertas de par en par para poder observarlas. Ese día ella se sentía cómoda con su cuerpo y había decidido quedarse desnuda después del acto amatorio. Él se dedico a sobar su espalda mientras observaban el mismo escenario.

Ella pensó que no debía voltear a mirarlo a los ojos porque todo podría arruinarse, quizás las cosas se volverían más románticas, quizás se daría cuenta que él ya no la miraría con fascinación, quizás el ya no estaría mirándola siquiera.

Ambos se echaron en la cama y entonces él comenzó a hablar incoherencias, a ella le pareció tierno como se quedaba dormido. Y entonces él contó la historia del pescador que enamorado se convertía en gaviota. En ese exacto momento, en ese instante, la imagen de él desnudo contándole un cuento para dormir se quedo grabada para siempre en su memoria.

"Yo nunca duermo con las chicas con las que intimo" le había advertido él meses atrás. Esa noche ambos compartieron sueños. Al despertar la ciudad continuaba en movimiento, él ya no estaba a su lado, no le pareció tan fatalista por el perfil de casanova que tenía el sujeto en cuestión. Se dirigió a la cocina y lo vió preparando el desayuno. La razón le gritaba no lo hagas, el corazón le decía ríndete. Y así lo hizo, sabía que no había vuelta atrás. Se enamoró.

1 comentario:

  1. "Los grandes hombres también hablan de amor" Ursula Doyle.
    Muchos éxitos para tu blog ��

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