Taylor

Tengo unas ganas locas de salir a un lugar donde siempre este caliente, el clima, no yo. Lima en invierno es lo más deprimente, odio el frío y el color tétrico de todo. Algo químico del cerebro se me baja de todas maneras, me pongo depresiva y escribo en este blog.

También me pongo a pensar en los amores que perdí y en los chicos que no logré conquistar, en lo caro que costará mi Matri y en lo difícil que es sacarse la tinka para estas situaciones. En días oscuros no me dan ganas de hacer muchas cosas, ver a mi perrita puede levantarme en algo el ánimo.

A veces pienso en ti, en realidad en nosotros, en cómo éramos, en las cosas que hacíamos, en los momentos en que me hiciste pensar que realmente me querías, en los momentos que me hiciste sonreír con alguna ocurrencia o sarcasmo, y te quiero, y así será para siempre, pienso y pido al universo que seas feliz, inmensamente feliz. 

No pierdo mi tiempo en aquellas personas que me tiraron piedras a lo largo de mi vida, pero quizás deba agradecerles el hecho que construí un castillo con todos los ladrillos que me tiraron. Y a aquellos amantes que terminaron odiándome, les pido disculpas, porque sé que cada día fue una batalla, pero trate de recompensar con las noches de ensueño. 

En días como hoy me deprime hasta la forma en que me queda mi vestido de novia y mis adornos para el cabello. Repito, tengo que vivir en un país donde no exista el invierno, ¿tienen alguna sugerencia? Algún lugar donde haya playa, sol pero no mucho calor, donde no haya tráfico, pero sí trabajo, donde no se discrimine a las personas, ni hayan violadores y delincuentes, y las noticias siempre sean buenas. ¿Puede ser?

Ese día yo voltie y tu me sonreíste, luego nos cogimos de la mano y cantamos canciones de amor.